Nací y crecí en Londres, pero vivo en España desde 1995. Trabajaba en el mundo de la comunicación internacional de deportes y la traducción, cuando el Yoga apareció en mi vida. Viajaba continuamente acompañando a equipos de regatistas que daban la vuelta al mundo. Al principio buscaba el beneficio físico del yoga para poder gestionar las exigencias de la profesión, el jet lag, el cansancio físico y el estrés.
A priori fueron prácticas más ‘yang’, basadas en Ashtanga y Vinyasa Yoga las que me atrajeron. Sin embargo, con el paso de los años y con los cambios que he experienciado en mi propio cuerpo, estoy aprendiendo a escucharme con más atención y compasión, entender a través de la intuición lo que realmente necesito en cada momento. Desde el 2013 comparto Yoga con movimiento lento y consciente ‘Yang’, la quietud silenciosa del Yin Yoga, y la práctica estabilizadora del Mindfulness.